Solo me hace caso cuando le grito. Te ha pasado?

Si bien es cierto que hay niños que siguen las reglas cuando recibe el grito de sus padres, también es cierto que en ese momento reforzamos la obediencia y minimizamos el respecto hacia ellos. Podríamos decir que hay dos maneras de educar, una desde el miedo que involucra el grito, la amenaza y demás y la otra desde el amor.

Cuando los hijos saben que para obedecer deben esperar el grito de sus padres, entonces están esperando ese patrón reactivo para poder activar su hábito. Todo hábito tiene un estímulo que lo desencadena, necesita un activador para que genere la conducta y esperar la recompensa. El estímulo puede ser el grito de los padres, la conducta es la obediencia del hijo, y la recompensa es la atención de los padres.

Has oído que es mejor un grito antes que una indiferencia. El grito es la forma en como el hijo tiene conexión con sus padres, es el hábito que han establecido para conectarse. Ahora que esta conducta genera una conexión, a que sea una conducta no sana, hay mucha diferencia.

Conecta con tu hijo, hazle saber que estás ahí, dale tiempo de calidad y ayúdale a fortalecer su relación contigo. Esto les ayudará a construir un nuevo hábito, que no se active con el grito, que se active con un estímulo de cercanía y que les permite conectar entre ustedes.